Krugman: el bajo desempleo provoca inflación, no expansión monetaria
Paul Krugman afirma que el verdadero factor determinante de la inflación es la tasa de desempleo, no el aumento de la oferta de dinero. Como de costumbre, se equivoca.
Paul Krugman afirma que el verdadero factor determinante de la inflación es la tasa de desempleo, no el aumento de la oferta de dinero. Como de costumbre, se equivoca.
La burbuja inmobiliaria lanzada por la Fed no sólo causó estragos en los mercados residenciales, sino que también ha distorsionado el mercado inmobiliario comercial. Y la situación está empeorando.
Pocos economistas —incluso los defensores del libre mercado— entienden qué causó la Gran Depresión. No, la Fed no causó la Depresión por no inflar la moneda. Por el contrario, fue la inflación de la Fed lo que provocó los desastrosos primeros acontecimientos.
Si el mercado de la vivienda es un indicador, las medidas de la Fed para frenar el mercado inmobiliario pronto se reflejarán en la propia economía.
En una reciente entrevista con 60 Minutes, el presidente de la Fed, Jerome Powell, aseguró que el sistema bancario de EEUU es sólido. Ben Bernanke también afirmó hace casi veinte años que los mercados inmobiliarios no estaban sobreextendidos.
Pagar la deuda obviamente no sucederá, y los federales ni siquiera contemplarán nada que evite que la deuda aumente. Simplemente tratarán de inflar la deuda, así que prepárense para la inflación de precios.
A medida que el sistema bancario de EEUU se vuelve cada vez más inestable, proliferan los llamamientos a una intervención gubernamental aún mayor en la banca y las finanzas. La gente olvida que fue la intervención gubernamental en primer lugar la que causó estas crisis.
En un reciente comunicado, la Reserva Federal declaró que los bancos de EEUU son «sólidos y resistentes», pero muchos mercados, incluido el inmobiliario, dan fe de una situación muy diferente.
Mientras las clases dominantes insisten en que el dinero es lo que el gobierno diga que es, históricamente el dinero ha sido el oro. Eso no ha cambiado incluso en la era de la moneda degradada.
No hace falta buscar en la literatura económica moderna para enfrentarse con la muchedumbre de la TMM. Basta con leer a Bastiat.