Por qué fracasa la política exterior americana
Una cosa que hay que decir a favor de la clase dirigente conservadora americana es que, al menos de boquilla, defienden la idea
Una cosa que hay que decir a favor de la clase dirigente conservadora americana es que, al menos de boquilla, defienden la idea
El colectivismo no es una ideología peligrosa sólo por su mala economía. También es peligrosa porque sus practicantes se dan cuenta de que la única forma de aplicarla es mediante la violencia descarada, y no tienen reparos en emplearla para salirse con la suya.
Cuando se dice que «el socialismo no funciona», ¿qué se quiere decir? Para examinar y criticar mejor el socialismo, hay que aplicar el marco de los socialistas, que es el único digno de condena.
Cuando alguien esgrime el argumento de las «carreteras» para justificar la presencia del gobierno, no señala que el producto final del gobierno es deficiente y a menudo un peligro para las personas que utilizan esas carreteras. Hay una forma mejor.
Christianity Today y otras publicaciones cristianas están promocionando un libro que dice basarse en la «teoría crítica bíblica». Es otra versión del marxismo que no es ni crítica ni bíblica. Es sólo más marxismo.
Los socialistas no cejan en su empeño de demostrar que el socialismo puede mantener una economía en funcionamiento. Algunos han sacado a relucir un estudio de hace casi cuarenta años como prueba A.
Davos ha dejado claro que las élites occidentales no dirigen con naturalidad, sino que quieren imponer un modo de vida que los demás no deseamos.
Mientras las autoridades políticas sudafricanas persiguen acusaciones de genocidio contra otros países, esos mismos dirigentes destruyen la economía y las infraestructuras básicas de la nación. Se trata de un Estado fallido.
La política de «una sola China» supone que Taiwán es una provincia fugitiva. Sin embargo, los taiwaneses consideran que su país es soberano, y sus razones tienen fundamento.
Javier Milei intenta deshacer el daño creado por casi un siglo de socialismo en Argentina. Mises, Rothbard y Hayek fueron buenos maestros.