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China tiene problemas

Antes de explicar la situación económica de China, unas pocas palabras acerca del hombre fuerte del país. Xi Jinping. El «nuevo emperador chino» ha tenido un ascenso meteórico. Empezó como un sencillo trabajador rural, pero ahora es el presidente chino más poderosos desde Deng Xiaoping. Una carrera así requiere fortaleza, tacto y posiblemente muy pocos escrúpulos.

Aunque los gobernantes de China han podido siempre realizar sus planes durante periodos más largos que sus equivalentes occidentales, la nueva situación legal ha extendido aún más este horizonte planificador.Una analogía del mundo del deporte: El deporte nacional de EEUU es el béisbol; en China, el go. La aproximación a la política exterior es similar: Los estadounidenses son conocidos por su «golpea y corre» a corto plazo, mientras que los chinos juegan mirando a largo plazo en su política exterior y son muy difíciles de entender al hacerlo. En comparación con estas economías occidentales, las contramedidas de China frente a la crisis de 2008 fueron mucho más drásticas. Mientras que en EEUU el balance total del sistema bancario aumentó en 4.000 millones de dólares en los años posteriores a la crisis financiera global, el balance del sistema bancario chino aumentó en 20 billones de dólares en el mismo periodo. Como referencia: Esto es cuatro veces el PIB de Japón.

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El siguiente gráfico muestra la expansión del balance bancario total, comparado con la producción económica. ¿Asumieron las autoridades chinas excesivos riesgos al enfrentarse a la crisis?

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Ni el hecho de que el balance bancario chino equivalga a más del 600% del PIB, ni el hecho de que se haya duplicado en términos de porcentaje de PIB en los últimos años sugieren un desarrollo sano. Nuestros amigos de Condor Capital esperan que aumenten los ratios NPL 51F en China, lo que podría traducirse en pérdidas crediticias de 2,7 a 3,5 billones de dólares para los bancos chinos y eso suponiendo que no haya contagio (!). En comparación, las pérdidas del sistema bancario global desde la crisis financiera han sido casi moderadas, de 1,5 billones de dólares.

Sin embargo, la crisis más reciente nos enseña que los chinos están dispuestos a adoptar medidas drásticas si es necesario. China se enfrentó a la crisis financiera inundando los mercados de crédito: un crecimiento del crédito del 35% en un año sobre la base de un programa clásico de gasto keynesiano no es poca cosa.

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El dinero chino no solo hincó una burbuja de propiedades internamente, sino también por todo el planeta (por ejemplo, en Sídney y Vancouver). Esta en duda un mayor apoyo a los mercados globales de propiedad, dadas las medidas que ha lanzado recientemente China. Debido a los problemas financieros, grupos chinos como Anbang y HNA tendrán que pasar del papel de comprador al de vendedor.

El FMI ha pronosticado otra duplicación de la deuda pendiente china desde 27 billones de dólares en 2016 a 54 en 2022. En comparación, el PIB de China de 2016 equivalía a 11,2 billones de dólares. Esto muestra un crecimiento inducido por la deuda con márgenes decrecientes de utilidad marginal. Desde nuestro punto de vista, esta evolución (que también podemos ver en Occidente) es insostenible.

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En su informe más reciente, «Credit Booms – Is China different?», el FMI indica que en 43 casos en todo el mundo con un crecimiento fuerte del crédito (es decir, la relación entre crédito y PIB aumenta más del 30% en cinco años), solo cinco casos acabaron con una ralentización importante o una crisis financiera. El FMI también señala que ningún inicio de expansión del crédito con una relación entre deuda y PIB por encima del 100% del PIB ha acabado bien.  Hay que señalar que China tiene un alto porcentaje de deuda nacional con respecto a la exterior, lo que sin duda facilita las cosas al país. Pero la pregunta es: ¿Será esta vez diferente para China?

Las guerras del opio que China libró con Inglaterra, que están profundamente enraizadas en la memoria colectiva del pueblo chino, son acontecimientos históricos de gran importancia en relación con los aranceles punitivos impuestos por EEUU, ya que siguen siendo una parte fija e integral del programa chino de historia en las escuelas.Lectura recomendada: The Opium Wars, de Julia Lovell. Si es necesario, China podría agitar un sentimiento antioccidental para implantar medidas que sean duras para su propio pueblo, aunque sean impopulares. La responsabilidad, por supuesto, es de los estadounidenses. Así que Estados Unidos podría dispararse en el pie con una escalada de la guerra comercial, ya que consideramos la capacidad de soportar penalidades y la cohesión de la sociedad china mucho más fuertes que en la sociedad estadounidense.

El desarrollo demográfico de China también merece un recuadro aparte. El Banco Mundial pronostica un máximo de población de 1.400 millones para China en 2028. El declive de la población que se prevé que se produzca en ese momento debería seguir un ritmo similar al aumento hasta el máximo.

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La población capaz de trabajar (entre 16 y 59 años) ha estado disminuyendo desde 2012 y se espera que lo haga en casi un 25% hasta 700 millones en 2050. Así que China, se forma similar a Occidente, tiene el problema de una población que envejece.

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Conclusión

Al contrario que sus competidores occidentales, el nuevo hombre fuerte de China, Xi, puede implantar su estrategia largo plazo de una manera dirigida y gradual. Xi subrayaba explícitamente su objetivo de reafirmar los intereses de China por medios militares, económicos, políticos y diplomáticos en su discurso en el Congreso Nacional en octubre de 2017.http://www.bbc.com/news/world-asia-china-43466685. No dejaba ninguna duda de que China no estaba dispuesta a ningún compromiso de ningún tipo ni forma con respecto a su integridad territorial (N.B., Taiwán, Hong Kong, Tíbet) y lanzaba amenazas rotundas contra las tendencias separatistas.

Sin embargo, la transformación de la economía podría (intencionadamente o no) causar distorsiones económicas no solo en China, sino globalmente. Los años recientes han estado dominados por una expansión masiva del crédito. De hecho, se dice a menudo que China ha hinchado la burbuja de crédito más grande de la historia.

Parece que hay grandes similitudes entre China y EEUU que pueden apreciarse a primera vista.  China construye inmuebles para una población en disminución, invierte para clientes sobreendeudados (EEUU, que incluso insiste en una reducción drástica del acuerdo comercial bilateral) financia todo esto con dinero que no tiene.Una paráfrasis de la famosa cita de «El club de la lucha»: «Compramos cosas que no necesitamos con dinero que no tenemos para impresionar a gente que no nos gusta».

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