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Acabemos ya con la financiación a la estación espacial

La posible decisión de Donald Trump de acabar con la financiación de la NASA de las Estación Espacial Internacional en 2025 plantea esa vieja cuestión del papel adecuado del gobierno, aunque ciertamente no es él el que la está planteando.

El programa de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) es un operativo conjunto entre la NASA y las agencisa espaciales de Rusia, Japón, Canadá y once países de Europa. Según la “Guía de referencia de la Estación Espacial Internacional”:

La NASA y las agencias espaciales de Rusia, Japón, Europa y Canadá han albergado investigadores de 83 países para realizar más de 1.700 investigaciones a bordo del entorno de microgravedad a largo plazo de la ISS. Muchas investigaciones han publicado sus descubrimientos y otras han incorporado descubrimiento en investigaciones posteriores en tierra y a bordo. Su investigación en áreas de ciencia terrestre y espacial, biología, fisiología humana, ciencias físicas y pruebas de tecnología proporcionará beneficios todavía por descubrir a la humanidad y nos preparará para nuestros viajes más allá de la órbita baja terrestre.

El primero de los muchos componentes de la ISS se puso en órbita en noviembre de 1998. El ensamblaje se completó en julio de 2011. La estación ha estado ocupada continuamente por un máximo de seis astronautas de diversos países desde noviembre de 2000.

La ISS es el objeto artificial más grande que nunca ha orbitado la Tierra. En la guía de referencia de la NASA se describe así:

La ISS tiene una masa de 410.501 kg. Y un volumen presurizado de aproximadamente 916 m3. La ISS puede generar hasta 80 kw. de potencia eléctrica por órbita de los rayos solares que cubren un área aproximada de 2.997 m2. La estructura de la ISS mide 95 m. del entramado P6 al S6 y 59 m. del PMA2 al Progress atracado en la popa de Módulo Ruso de Servicio. La altitud orbital de la ISS puede ir de los 278 a los 460 km. y está en una inclinación orbital de 51,6o. La ISS aloja ahora mismo a 6 miembros de la tripulación.

La ISS es tan grande que puede verse desde la Tierra a simple vista. Mantiene una órbita entre 205 y 270 millas por encima de la Tierra y completa 15,5 órbitas cada día.

Por supuesto, todo esto tiene un precio, un precio enorme para los contribuyentes de EEUU.

La ISS es el objeto más caro nunca construido. Según una reciente auditoría de la Oficina del Inspector General de la NASA, “A lo largo del años fiscal (AF) 2017, la NASA ha gastado aproximadamente 87.000 millones de dólares en desarrollo, operaciones, investigación y vuelos asociados de la Lanzadera Espacial de la ISS. Para el AF 2018, el presupuesto previsto total de la NASA para la ISS es de 3.400 millones, incluyendo aproximadamente 318 millones para trabajos de investigación”. El coste total del programa se estima que está en torno a los 150.000 millones de dólares, gastando cada por cada miembro a bordo de la tripulación de la ISS unos 7,5 millones de dólares.

Aunque la propuesta de presupuesto de Donald Trump para el año fiscal 2018 no se prevé que se presente hasta el 12 de febrero, según un borrador filtrado por la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB, por sus siglas en inglés) de la Casa Blanca y revisado por The Verge, “La administración Trump se prepara para acabar con el apoyo al programa de la Estación Espacial Internacional en 2025”. Un portavoz de la NASA diría que “La asociación entre la NASA y la Estación Espacial Internacional está comprometida con toda la investigación científica y técnica en el laboratorio orbital, como base sobre la que extenderemos la presencia humana más profundamente en el espacio” no comentaría “sobre ningún documento filtrado y previo a una decisión antes de la publicación del presupuesto del AF19 del presidente”. En 2014, la administración Obama amplió la financiación de la ISS “al menos hasta 2024”. Muchos participantes en el sector espacial comercial quieren que la NASA amplíe la financiación hasta 2028, el año que consideran que será el fin de la vida operativa de la ISS.

Si Donald Trump decide que quiere acabar con la financiación de la NASA de la ISS, no será porque se oponga a la exploración espacial pública o a la financiación pública de la investigación científica en el espacio. Simplemente tiene otras ambiciones, como querer que la NASA “envíe astronautas de vuelta a la Luna, como punto de escala para cavar enviando personas a Marte”.

¿Pero por qué esperar hasta 2025 para dejar de financiar la ISS? ¿Por qué no acabar ahora con la financiación?

No se trata de que un programa público espacial haya generado o no descubrimientos e invenciones valiosos, creado empleos o beneficiado la ciencia, la medicina y la ingeniería. Y además, no hay manera real de medir o cuantificar lo que ha hecho por la sociedad el programa espacial. Hay una gran diferencia entre empleos públicos y empleos del sector privado. La financiación pública de la exploración, la investigación los experimentos espaciales expulsan los esfuerzos privados. Y los costes reales de un programa espacial pueden exceder sus supuestos beneficios.

Aunque un programa público espacial puede ser popular para la mayoría de los estadounidenses y tener un amplio apoyo bipartidista en el Congreso, sigue sin estar autorizado por la Constitución y sin ser una función apropiada del gobierno.

En una sociedad ideal en el que el gobierno federal estuviera limitado estrictamente por la Constitución, las únicas posibles funciones legítimas del gobierno son las actividades judiciales, de defensa y de policía: mantener la paz, perseguir, castigar y restituir a aquellos contra los se ha ejercido violencia, se ha cometido fraude o se ha violado de alguna manera los derechos personales o de propiedad por otros; proveer un foro para la resolución de disputas y limitar a quienes intenten interferir con las acciones pacíficas de la gente.

Si puede hacerse una excepción a la financiación pública de un programa espacial porque tenga “beneficios”, no puede hacerse ningún razonamiento razonable, lógico o racional contra la financiación pública de nada.

La financiación pública de la ISS no solo debería acabar ya, también debería acabar ya la financiación y operación pública del programa espacial.

Todas las estaciones espaciales, bases en la Luna, misiones a Marte, exploración espacial, turismo espacial, experimentos espaciales, investigación espacial, lanzamiento de cohetes y colonización espacial deberían realizarse y financiarse por organizaciones e instituciones privadas son gestión, cooperación, sociedades o financiación públicas de cualquier tipo. Los estadounidenses que quieran que los astronautas exploren mundos extraños, busquen nuevas formas de vida y nuevas civilizaciones y vayan audazmente a donde ningún hombre ha ido antes deberían ser quienes lo pagaran.

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